La cabeza es un almacén de recuerdos arrugados.
Hoy nos hemos levantado con la noticia de que se ha desarrollado una vacuna para paliar el alzhéimer en su fase intermedia (http://www.techmez.com/2012/06/07/historico-prueban-con-exito-una-vacuna-contra-el-alzheimer/). Se trata de una pequeña buena noticia dentro de tanta mierda.
Hoy nos hemos levantado con la noticia de que se ha desarrollado una vacuna para paliar el alzhéimer en su fase intermedia (http://www.techmez.com/2012/06/07/historico-prueban-con-exito-una-vacuna-contra-el-alzheimer/). Se trata de una pequeña buena noticia dentro de tanta mierda.
Me atrevería a decir que prácticamente todos, al menos en el llamado mundo desarrollado, hemos conocido algún caso cercano relacionado con esta enfermedad. Yo voy a explicar cómo he vivido y vivo, en mi caso particular, su desarrollo.
En los comienzos, se trata de pequeñas pérdidas de memoria de lo ocurrido recientemente. No tienen ninguna importancia. Ni los de alrededor ni el propio afectado nos damos cuenta de que se está iniciando un camino difícil y sin vuelta atrás. Son pequeñas pérdidas de memoria achacadas al paso de los años. “Menuda cabeza tengo…”, “tengo la memoria fatal…”.
Cuando las pérdidas de memoria hacen evidente que hay un problema detrás entramos en una frase que no es nada traumática para ninguno de los participantes. Se focaliza la memoria en recuerdos del pasado y las pérdidas de los recuerdos inmediatos se pueden incluso tomar con buen humor. Yo he pasado muy buenos ratos escuchando a mi abuela cosas sobre su infancia que antes no sabía o una versión más divertida de lo conocido, debido en parte a una pequeña desinhibición que suelen padecer estos enfermos.
Hasta aquí, todo está muy bien, no hay ningún problema. Como digo incluso se puede disfrutar más de una relación (incluso puede mejorar sustancialmente el humor del afectado y por extensión el de los que le rodeamos).
Cuando la cosa se empieza a hacer más grave, las pérdidas son mucho más fuertes, empiezan los desvaríos, podemos decir que la cabeza se pierde totalmente, entonces empieza lo realmente feo. Aquí, los que estamos alrededor, nos saturamos de repetir las cosas constantemente, nos cansamos, estamos hasta los cojones y en ocasiones podemos descargar nuestro mal humor con el enfermo, que evidentemente no es culpable de la situación. “Que te calles!”, “Que pesao!”, “te lo he dicho ya cien veces!”. Este malhumor es totalmente contraproducente, pero si esto pasa, que lo mejor es que no, hay que pensar “como se puede ser tan cabrón de tratar así a una persona que no tiene culpa de nada y encima probablemente sea de las pocas personas que te haya querido de verdad durante tu vida” y, tras pensarlo, tomar acciones correctoras y no llegar a un punto en el que pierdas la poca humanidad que te queda. Yo por suerte no he tenido nunca que pensarlo.
Ahora nos llega una época de relativa calma. Los humores se suavizan, todos estamos más tranquilos. La memoria se sigue perdiendo, se olvida de tu nombre, pero se alegra mucho cuando te ve. Te conoce. Después no te tiene muy claro quién eres, pero sí que tiene claro que eres alguien importante en su vida y viceversa. Es un periodo agradable. Desgraciadamente, se trata de la calma que precede a la tempestad.
Finalmente, llega lo peor. Ya no te conoce, no conoce a casi nadie. De pronto, los ojos pierden profundidad, la mirada comienza a estar perdida en el infinito. Ya no sabes de si es consciente. En este desierto, alguna que otra vez, encontramos un oasis, aprovéchalo todo cuanto puedas.
Cada vez, la esperanza de vida es mayor y mayores son también las posibilidades de tener algún tipo de enfermedad cerebral degenerativa. Además, por lo visto, siempre hay componentes genéticos y yo, en este sentido, puedo tener alguna que otra papeleta. Y por tanto es siempre bienvenido leer que se va haciendo algún avance al respecto. Mientras se sigue avanzando, solo espero que los afectados no sean plenamente conscientes de lo que les ocurre. Cuando sueñas que quieres correr pero no puedes mover las piernas es una angustia horrible.
Escribiendo esto me he acordado mucho de una de las más grandes personas que han pasado y pasarán por mi vida. Dedicado a Bebi.
Yo.
eres increible
ResponderEliminar