martes, 7 de agosto de 2012

Las aguas del río

“Nuestras vidas son los ríos que van a dar al mar que es el morir”  Jorge Manrique
Todos hemos tenido un sueño, y si no hemos oído hablar de él. Una pesadilla, más bien. Relacionada con la impotencia, con la desesperación. El más famoso de estos a los que me refiero , es el intentar subir unas escaleras y no poder o intentar correr y no poder. En mi caso, pocas veces recuerdo lo sueños, pero si las pesadillas. Yo me he encontrado alguna vez con eso de no poder correr o quedarme como sin fuerza en los músculos, aunque no es exactamente esto, la sensación es imposible de explicar cómo sabéis.
Situaciones similares o metáforas de estas, las hemos vivido todos alguna vez en la vida real. Una sensación de impotencia contra la que luchas, pero no puedes hacer nada. Lo sabes, no puedes hacer nada, pero no puedes evitar luchar contra ello.
Volviendo al cerebro en la cama. Si tuviéramos control sobre los sueños, no dejarían de ser pesadillas si abandonáramos? Si nos paramos y decimos “coño!! Que no puedo subir las escaleras, pues voy a bajarlas, o voy a quedarme sentado un rato, contemplando, a ver si se me pasa esta extraña parálisis”, en ese caso no volvería a ser un sueño normal. Igual no nos despertábamos sudando.
Pero puede haber alguien que diga: “igual estabas intentando correr porque te persiguen unos malhechores o un monstruo o una ola gigante ”. En ese caso, si no puedes correr te van a coger seguro, te merece añadir a la agonía de saber que vas a morir a palos o devorado o ahogado en una ola gigante, el hecho de no poder correr, de no poder moverte?  Hostias, espera a que te cojan y disfruta de lo que te queda.
Hay muchas situaciones en las que se puede aplicar la metáfora literaria de la vida, el río, la muerte, el mar. Y todos sabemos que es imposible nadar a contracorriente en un río. Probablemente te canses y mueras ahogado, antes de llegar al mar, y tu cuerpo llegará, pero tú ya estabas ahí mucho tiempo antes. A veces me pregunto, no sería mejor, cuando la corriente es demasiado fuerte, dejarte llevar y disfrutar del viaje, disfrutar del paisaje, de la tranquilidad?
A pesar de todo, lo normal es que seamos tercos, no lo podemos evitar, vamos a intentar correr cuando lo sepamos imposible, vamos a intentar nadar cuando sabemos que estamos descendiendo las aguas, vamos a intentar luchar por aquello que queremos aunque lo veamos fuera de nuestro alcance. Quizás esto sea bueno, porque algunas veces, muy pocas, pero alguna vez conseguiremos poner las piernas en marcha y dormir tranquilos y puede que eso haya merecido más la pena que un tranquilo y bonito descenso por el río.